Día a día nos acostumbramos a algo diferente, para bien o para mal.
Nos acostumbramos a la moda, a las personas, a sufrir, a sobrevivir, a usar o no algo, a amar o dejar de hacerlo, a respetar, a tener buenos modales, a usar o no 'malas palabras'.
¿Y todo esto para qué?
Si al fin y al cabo nos terminamos desacostumbrando. Porque viene alguien o algo mejor (o peor) y nos hace sentir tal y cual queremos sentirnos.
En mi cuidad todos hacen algo por costumbre; porque se acostumbran, porque les gusta o les es más cómodo; siguen modas, tienen etapas, se guían según frases o fechas.
Pero todo es temporal. Las fechas patrias, los fines de semana largos, los amigos, las salidas, las canciones o bandas, una pareja. Todo se termina olvidando y, tarde o temprano, lo cambiamos por algo mejor.
Nos cuesta, a algunos más que a otros, pero terminamos cambiando, todo el tiempo.
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